miércoles, 1 de julio de 2015

El viejo y el mar, Ernest Hemingway

Título: El viejo y el mar
Autor: Ernest Hemingway
ISBN: 9788499897677

Editorial: DEBOLSILLO
Páginas: 160
Año 1ª publicación: 1952
Género: Ficción

Valoración: ★★★

Un viejo pescador, ya en el crepúsculo de su vida, pobre y sin suerte, cansado de regresar cada día sin pesca, emprende una última y arriesgada travesía. Cuando al fin logre dar con una gran pieza, tendrá que luchar contra ella denodadamente. Y el regreso a puerto, con el acoso de los elementos y los tiburones, se convierte en una última prueba. Como un rey mendigo, aureolado por su imbatible dignidad, el viejo pescador culmina finalmente su destino.




El viejo y el mar es un gran relato, o novela corta, todavía no me ha quedado claro, que narra la historia de un viejo en el mar. Ni más ni menos, el título no podría ser más explícito. ¿Pero qué tiene El viejo y el mar que lo convierte en tan sonado libro y que le dio a Ernest Hemingway el Premio Pulitzer en 1952? Parece camuflarse como una de las historias más simples del mundo pero en realidad nos habla de valor, de fuerza, de perseverancia y de amistad, en definitiva se trata de una profunda enseñanza sobre la persecución de nuestras metas, la superación de obstáculos y las consecuencias que acarrean nuestras decisiones.

En la costa de La Habana vive Santiago, un viejo pescador a quien parece que la suerte ha abandonado se echa de nuevo a la mar después de 84 días sin pescar nada, con el objetivo de conseguir finalmente un pez. Y vaya si lo consigue. Una vez pica el anzuelo el viejo no duda en dejarse arrastrar por él hasta alta mar con la inalterable idea de pescarlo, enzarzándose en una pequeña-gran batalla hombre vs. naturaleza durante la cual el señor echa mucho de menos a su mejor amigo Manolín, un jovencito a quien enseñó a pescar. Aunque Manolín ya no salga de pesca con él se ocupa de cuidarle mientras está en tierra, haciendo gala de una amistad y una lealtad hacia el viejo inquebrantables.

La paciencia, la perseverancia y la valentía cobran el papel protagonista durante toda la novela, sin olvidarnos de la soledad a la que se ve sometido durante su aventura marítima, un duro oponente a quien sin embargo le hace frente con el mismo valor que a su vejez y las adversidades que esta conlleva. Pero ni siquiera estos son sus peores enemigos, pues incluso tiene que enfrentarse a tiburones antes de concluir su trabajo.

Finalmente, creo El viejo y el mar es un duro recordatorio de la interminable batalla entre el ser humano y la naturaleza. Nos recuerda tanto lo minúsculos que somos cómo lo implacables que podemos llegar a ser y cómo pueden cambiar las tornas. Y a la vez pone de manifiesto cómo la persecución de una meta puede convertirse en una obsesión, y que tratar de lograrla puede ser tan bueno como malo, dependiendo no solo de uno mismo sino también de algo tan mudable como la suerte. La conclusión depende de cada uno.





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